El Aleph, Informe Brodie, Ficciones BORGES, JORGE LUIS
Borges descuella en la serie completa de tareas literarias. Borges encara con prodigiosa intensidad de atención el asunto que le interesa. Yo lo he visto apasionado por Chesterton, por Stevenson, por Dante, por una cadena de mujeres (todas irreemplazables y únicas), por las etimologías, por el anglosajón y siempre por la literatura. Esta última pasión molesta a mucha gente, que rápidamente esgrime la habitual antinomia entre los libros y la vida ( ). Yo creo que Borges retoma la tradición de los grandes novelistas y cuentistas; o dicho más claramente: la tradición de los contadores de cuentos. La imagen de Borges, aislado del mundo, que algunos proponen, me parece inaceptable. No alegaré aquí su irreductible actitud contra la tiranía, ni su preocupación por la ética; recurriré a un simple recuerdo literario. Cuando nos encontramos para trabajar, en los cuentos, Borges suele anunciarme que trae noticias de tal o cual personaje. Las personas y la comedia que tejen lo atraen. Es un agudo observador de idiosincrasias, un caricaturista veraz pero no implacable ( ), he comprobado que la palabra de Borges confiere a la gente más realidad que la vida misma.
Colección: Clásica
Formato:155 mm x 230 mm
Encuadernación:Rústica Cosida
Páginas:752
Editorial:Fundación Biblioteca Ayacucho